miércoles, 11 de junio de 2008

Si el Señor no construye la casa...


Capítulo 127: Salmo 127 (126)
Tomado de: es.catholic.net/biblia

¿Les Recuerda a algo?

LA PROVIDENCIA DE DIOS

1 Canto de peregrinación. De Salomón.
Si el Señor no edifica la casa,
en vano trabajan los albañiles;
si el Señor no custodia la ciudad,
en vano vigila el centinela.

2 Es inútil que ustedes madruguen;
es inútil que velen hasta muy tarde
y se desvivan por ganar el pan:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

3 Los hijos son un regalo del Señor,
el fruto del vientre es una recompensa;
4 como flechas en la mano de un guerrero
son los hijos de la juventud.

5 ¡Feliz el hombre
que llena con ellos su aljaba!
No será humillado al discutir con sus enemigos
en la puerta de la ciudad.

NOTA: la anterior entrada fue tomada de La Biblia, versión Reina Valera 1960, pero considero que esta que pongo ahora es más adecuada.

martes, 10 de junio de 2008

¡Él es el Maestro que nos enseñó a orar!


Lucas 11, 1 - 4


Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.

Escondiste estas cosas a los sabio y las has revelado a los niños


Lucas 10, 21 - 24

En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo:
Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte:
Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis;
porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.